Posteado por: Pablo | noviembre 1, 2007

Paso de la muerte

Desde niño el Pichincha se me mostró como un lugar de misterios. También como el custodio de “los tesoros escondidos de antiguos esplendores”, tal como se contaba entre los mayores.

Atraído por la montaña, no tanto por sus tesoros como por la aventura, escuché sobre el lugar, para mi, más representativo de estos misterios y peligros: el paso de la muerte.

Para quienes no lo conocen, el Pichincha es un macizo volcánico, con tres alturas prominentes: el Ruco, el Guagua y el Padre encantado. El Guagua (niño) está al sur occidente del macizo y contiene el cráter activo, que nos ha venido arrojando ceniza durante los últimos siglos; la última en 1999.

Es en el Ruco Pichincha, el macizo más antiguo del complejo, donde se encuentra “el paso de la muerte”. El Ruco ha sido visitado permanentemente por científicos y aventureros. Fue descrito así por La Condamine en el siglo XVIII: “Muy rara vez, esta cima del Pitchincha, más al oriente que el cráter del volcán, está totalmente sin nieve; su altura está muy cerca de aquella en que la nieve no se funde jamás en las otras montañas más altas, lo que hace inaccesible sus cumbres. […] La montaña del Pitchincha como la mayor parte de las que son de difícil acceso, pasa en el país como rica en minas de oro y, además, de acuerdo a una tradición muy acreditada, los indios súbditos de Atahualpa, rey de Quito, en el tiempo en que el territorio fue conquistado por los españoles, escondieron en el Pitchincha una gran parte de los tesoros que llevaban de todas partes para rescatar a su señor, cuando conocieron el fin trágico de este Príncipe.”

Es una pena que ninguna de las cumbres del Pichincha ahora tenga glaciar. Ahora la mayor parte del año la roca está expuesta desnuda, sin su antiguo blanco manto. Así se lo ve en esta foto satelital, tomada de Google Earth.

Ruco Pichincha desde Google Earth

La búsqueda de tesoros ha sido una permanente motivación para visitar la montaña, especialmente en el pasado. En un suceso de esta naturaleza se vio envuelto el célebre arquitecto valenciano José Jaime Ortiz, constructor de El Sagrario, cuando, al morir su compañero de expedición (Francisco Fonsi), fue acusado en juicio y terminaron sus días de una manera terrible en la cárcel. Esto, a inicios del siglo XVIII.

Desde la base oriental de la roca, la que da hacia Quito, existen dos caminos para alcanzar la cumbre del Ruco: el conocido arenal, más largo y más seguro, y el camino sur: el del paso de la muerte. Al escuchar las variadas descripciones de este último, creo que ninguna alcanzó a describirme realmente la naturaleza del paso. Así que intentaré la mía propia. A continuación una foto del paso, tomada antes de cruzarlo hacia la cumbre.

Tras bordear unas enormes rocas sobre una pendiente aparece un sillar no muy grande (quizá 15 metros) a la que hay que bajar por una inclinada pendiente, no muy larga. En mi opinión, el sillar es mejor cruzarlo sentado o de cuclillas, especialmente si hay viento. Al final del sillar se topa uno con una enorme roca (con sendos precipicios a los lados) a la que hay que alcanzar inclinándose uno hacia atrás. Este es el momento más tenso y exigente: hacer este escalón, en el que, por un momento, uno está suspendido sobre el precipicio que da al nororiente.

Trato de recordar las sensaciones después de pasarlo y lo primero que recuerdo es el espectáculo visual y el rápido latido del corazón. Como alguien me lo dijera alguna vez, más que un paso de peligrosidad inevitable, se trata de un paso donde hace falta mucha confianza y serenidad.

Tras el paso la cumbre se halla muy cerca. En días claros la vista es espectacular: el valle de Quito se abre majestuoso entre los colosales andes ecuatoriales. El esfuerzo vale la pena.

Aunque sé que para muchos montañistas el paso de la muerte es casi un divertimento, en mi caso, prefiero conservar el respeto para este lugar y recomendar a quienes quieran subir al Ruco que si no tienen experiencia en la montaña es mejor que suban por el arenal.

Si bien llegar al Ruco ahora es mucho más accesible, por la facilidad que ofrece el teleférico, el lugar no es menos peligroso. Hace un tiempo un guía de montaña encontró la muerte en el paso y se han escuchado varias noticias de viajeros extraviados o accidentados, mientras visitaban la montaña.


Respuestas

  1. QUE PENA HABER VIVIDO TANTO TIEMPO EN QUITO Y HABER EXPLORADO TAN POCO. POR LO MENOS CRUCE POR LAS CUEVAS DEL ITCHIMBIA Y SUBI A CRUZ LOMA A VER UN AVION ESTRELLADO.

    LES FELICITO POR TENER ESE ESPIRITU DE AVENTURA VIVO Y SOBRE TODO POR AMAR AL PAIS

  2. Gracias Santiago. Ojalá que durante otro tiempo en el Ecuador puedas visitar esos rincones escondidos de este maravilloso país.

  3. Amigos mios, vuelvo a mi querido Ecuador, 29 años despues de haber salido pensando que en un año volvia, pero ahora vuelvo para subir nuestras bellas montañas con 48 años llenos de optimismo.

    Gracias por este sitio que me ha servido para volverme a sentir muy cerquita de mi casa.

    Lastima que sea tan solo por unos 10 días, pero espero gastar cada segundo de mi estancia en querido Ecuador

    • Gracias Luis, que bueno tener recuerdos que convocan, aún años despúes. Justamente la idea del sitio es ir compartiendo esas maravillas que tenemos en el valle de Quito y los Andes equinocciales. Ojalá que los diez días dejen más recuerdos inolvidables.

  4. Que lindo lugar, el domingo 27 intente hacer cumbre del ruco pichincha por el lado del arenal, pero mis amigos se ahuevaron a pasar unas «pequeñas» rocas q estaban en el camino una desilusión grande para mi

    Pero cuando se de la oportunidad pasaré por ese paso ya q me intriga mucho 😀

    • La próxima entonces! A veces es mejor sacrificar la cumbre que dividir al grupo. Gracias por compartir el intento.

  5. que neccesito para cruzar por el paso?

    • Hola Diego. Lo primero, pienso, ir con alguien que conozca el paso.
      Luego, en especial si es la primera vez, una cuerda, arnés y casco. La mayoría de gente no usa las seguridades al pasarlo, pero siempre lo mejor será usar una cuerda, improvisar un par de estaciones en los extremos y pasar sujeto con el arnés. desde luego, quien conoce deberá ir primero y armar una estación luego de pasar.

  6. Se siente palpitar fuerte el corazón cuando se está con el precipicio a las espaldas, en este paso de nombre peculiar, pero cuando pasas te sientes super. Quito tiene, todos estos lindos paisajes y en general Ecuador está lleno de hermosos parajes, conocerlos es una recomendación no se pierdan de Ecuador nuestro país.

  7. Hace más de 40 años subimos con mis primos al Rucu pero desgraciadamente yo era uno de los mas pequeños y no tuve el valor de pasar aquel famoso «Paso de la Muerte» por lo que me quedé esperándoles que regresen.
    En el fondo de mi ser quedó esa frustración de no haber podido coronar la montaña. El año pasado regrese a mi tierra a los 29 años al entierro de mi padre, corrimos el maratón de Quito, subimos corriendo junto con mi hija desde el teleférico hasta el establo de los caballos y nos quedamos allí porque no estábamos preparados para el ascenso.
    Mi hija acaba de escalar el Monte Shasta el más alto de California que está en la frontera con Oregon y le propuse regresar a escalar el Ruccu Pichincha.
    El próximo año repetiremos la hazaña de correr el maratón y subir al Rucu y al Cotopaxi

    • Gracias por compartir la anécdota, Jorge. ¡Ojalá te animas el año que viene y compartes una nueva historia!


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